Te quiero mamá

Era viernes, la mamá de Alan lo despertó muy temprano y, cuando el pequeño abrió los ojos, recordó que era un día especial.

"10 de mayo". Era la fecha que marcaba el calendario sobre su mesita.

Alan salió de la cama y comenzó a vestirse en silencio.

Desayunó en silencio.

Y también caminó hasta su escuela sin decir nada.

Pero ese día sus pasos iban más de prisa que el día anterior.

Su madre, que lo conocía perfectamente, sabía que esa era una buena señal, así que sonrió y apresuró el paso.

En cuanto llegaron a la escuela y Alan vio el patio decorado con muchos colores, se detuvo en seco y no quiso seguir caminando.

—Vamos Alan —lo alentó su mamá acariciándole el cabello.

El pequeño tomó aire y suspiró con fuerza.

Sabía que no sería fácil, pero ese día era especial y pensó que por lo menos podría intentarlo.

Su mamá lo llevó por un camino sin tanta gente, evitando así que el ruido lo alterara.

Al llegar al salón, que ese día serviría como camerino para los niños, Alan se calmó y supo que podría hacerlo.

Uno a uno fueron subiendo los pequeños al escenario e hicieron su presentación.

Alan, por otro lado, se limitó a mirar por la ventana. Solo eso.

A las 10 en punto, su maestra le avisó que él era el siguiente.

Alan subió al escenario con aire solemne, se arregló el saco negro que llevaba puesto y miró al público expectante.

Todos sabían la condición de Alan, así que esperaron con paciencia a que comenzara su presentación.

"Mamá... Hoy quiero decir: Te amo..."

Durante el minuto y medio que duró la canción, hizo llorar a más de uno.

Su mamá no podía creer lo que veía frente a ella.

Alan cantaba con toda la pasión con la que solo un gran artista puede hacerlo.

Su hijo brilló sobre el escenario.

Ahí podía ser él mismo, sin condicionamientos, sin etiquetas, solo Alan.

Y al terminar, los aplausos se hicieron presentes, dejando en el pequeño una experiencia que atesoraría el resto de su vida.

—Estuviste maravilloso hijo —lo felicitó su madre al bajar del escenario.

Alan la abrazó, el corazón aún le latía con fuerza, y le dijo al oído:

—Te quiero mamá.

Verlos brillar, ya sea en un festival cantando, o cuando aprenden una cosa nueva y corren felices a mostrarnos su descubrimiento, es el motor para seguir buscando lo mejor para ellos.

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PD: Esperamos que hayas tenido un día muy especial en compañía de tus seres queridos :) Feliz noche.

Nos leemos mañana.

Maestra Miel 💛