🌼 Mamá, no me compares.

"Hijos problema"

Hoy hablaremos de la comparación.

Mira.

Este es un tema que me interesa mucho, porque lo veo muy seguido en mi salón de clases.

Te cuento…

Era el día de la junta por final de bimestre y las mamás suelen estar nerviosas por esta reunión, muchas de ellas no saben qué esperar.

Otras, por supuesto, entran orgullosas al salón de clases sabiendo que solo recibirán buenas noticias de sus hijos.

Entonces.

Como por selección natural, unas se sientan al frente de la clase, listas para recibir los beneficios de tener unos "hijos ejemplo".

Y, por otro lado, las que no saben qué esperar, eligen sentarse al fondo del salón.

Mientras voy dando la información de los resultados de sus hijos, voy notando cómo esta separación se hace aún más evidente.

Y siempre ocurre que al final de la junta, se acerca una mamá (o varias) y me dice:

—Maestra, no sé por qué mi hijo es así, su hermanito me salió tan aplicado y con él siempre es todo más fácil, en cambio, con (dice el nombre de mi alumno) siempre son puros problemas.

Yo me limito a escucharla.

Pero lo que en realidad me gustaría decirle es esto:

—¿Has notado el daño que le haces a tu hijo al compararlo con otro niño? Sobre todo si es su hermano.

Y es que los hacemos competir por un lugar.

Un lugar que, por cierto, nunca van a lograr conseguir.

¿Por qué?

Sencillo.

Todos somos diferentes. Nosotras, y ellos también.

Cada uno tiene ciertas habilidades y destrezas que lo hacen único.

Y nuestra labor, como padres, es ayudarlos a brillar en esas áreas en las que ya de por sí son buenos.

¿Y qué pasa con el resto?

Bueno, pues no podemos ser buenos en todo.

Querer que destaque en todo es una presión a la que no deberíamos someterlos.

Es cierto que los niños van a la escuela para que "aprendan de todo", pero no es necesario que, por eso, sean buenos en todo.

Pongamos un ejemplo, para que sea más claro.

Digamos que a José le encantan las matemáticas, pero historia no es su fuerte.

No le gusta, no le entiende, la razón que sea.

Entonces.

¿Qué hacemos en este caso para impulsar su desarrollo escolar?

Sencillo.

Primero.

Intentar, por todos los medios posibles, no apagar su gusto por las matemáticas.

Segundo.

Potenciar ese gusto innato que tiene por los números con materiales que despierten su curiosidad por seguir aprendiendo más y más.

Tercero.

Encontrar los puentes entre una materia y la otra.

Todas las materias se relacionan entre sí de alguna manera.

Por ejemplo, ¿las matemáticas y la historia?

En las fechas.

Estos puentes pueden unir no solo a una materia con la otra, sino que pueden ayudar a tu hijo a cruzar ese puente del conocimiento.

En conclusión.

Todos podemos brillar a nuestra manera. Solo es cuestión de encontrar qué es eso que no hace brillar de forma única y

Si quieres que tu peque también brille y cruce el puente hacia el conocimiento, entonces, esto te interesa.

Pd. Arriba.

¡Nos leemos mañana!

Maestra Miel 💛

Por cierto…

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